En una ocasión os hablé de la estatua ecuestre de Colleoni, colocada majestuosamente en el Campo San Giovanni e Paolo.

Pero, ¿quién fue este señor? Pues bien, como os contaba entonces, Colleoni fue capitán general de la Serenissima, querido y odiado a partes iguales por sus gobernantes debido a sus victorias y su temperamento.

Al morir, dejó escrito en su testamento que deseaba donar a la ciudad 100.000 ducados, con una condición: que se erigiese un monumento a él dedicado “delante de San Marcos”.
Sin embargo, además de las pocas ganas que Venecia tenía de cumplir semejante disposición testamentaria, había otro problema: una antigua disposición impedía que se erigieran estatuas en la plaza de San Marcos.

La Serenissima, que no habría llegado a donde llegó si no hubiese sido más lista que Colleoni, buscó la manera de conseguir el dinero del testamento “cumpliendo” con sus deseos y el 30 de julio de 1479, el Gobierno de la ciudad decidió que Colleoni tuviese su monumento “delante de San Marcos”. Pero no en la Piazza, no, sino delante de la Escuela Grande de San Marcos, el edificio renacentista de Campo San Giovanni e Paolo que actualmente es el ingreso principal del hospital civil de la ciudad.

Y así es como la astucia de los venecianos, logró una buena suma de dinero para sus arcas dándole la vuelta a los deseos del condottiero Colleoni.
Al igual que vosotros, soy un enamorado de Venecia. Perderme por sus callejuelas y canales es una de mis actividades favoritas, que por desgracia no puedo hacer tanto como me gustaría. Vuestro magnífico blog me ayuda a superar el síndrome de abstinencia. Enhorabuena.
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Lo que daría yo por un paseo por allí! Muchas gracias por leerme y por tus amables palabras.
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