Sabemos ya que la Piazza San Marco es mucho más que lo que a simple vista vemos por eso hoy, quiero mostraros un detalle más de esos que a menudo pasan desapercibidos pero en los que conviene fijarse cuando estamos paseando por ella para conocer más de su historia y del porqué de todas esas obras menores que la embellecen.

Del lado derecho de la Basílica, el costado que llega hasta la Porta della Carta del Palacio Ducal, es difícil percatarse de la existencia de un grupo escultórico de cuatro estatuas, en pórfido rojo, un material que en la antigüedad se utilizaba para la representación de dioses y también de emperadores.

El grupo representa a cuatro personajes emparejados, dos en una esquina y dos en la otra de unos 130 centímetros de altura y cuyas manos derechas se apoyan sobre el hombro izquierdo de los otros. Están tan bien conservados que, si os fijáis bien, se distinguen las corazas militares, las espadas y los mantos.

Pero hay un detalle que es diferente: un pie. Sí, así es, al hombrecillo de la derecha, le falta el pie izquierdo y el que se ve, de diferente color para distinguirlo bien, es fruto de una restauración. ¿Dónde está su pie? Pues fue encontrado en unas excavaciones en Estambul y allí, en su Museo Arqueológico, se guarda en la actualidad. Los turcos se negaron a enviarlo a Venecia cuando ésta lo reclamó, alegando que el grupo entero fue expoliado por los venecianos siglos atrás.

Cuenta la leyenda… cómo no, ¿eh?, que se trata de cuatro ladrones (y así es como los venecianos llaman a esta escultura: los cuatro ladrones) que intentaron robar el Tesoro de la Basílica de San Marcos, que se encuentra justo detrás del muro donde éstos se ubican, en el interior del templo.

Pero claro, San Marcos intercedió y los ladrones quedaron petrificados en el acto. Para advertir a otros posibles ladrones o gente con malas intenciones, se colocaron aquí, en lo que sería la puerta ficticia de entrada al Tesoro, y ahí siguen cientos de años después.

Leyendas aparte, los estudiosos se han puesto de acuerdo en que el grupo, que procede del saqueo de Constantinopla en 1204, representa a los cuatro emperadores romanos del periodo en que los territorios se dividían en 4 partes, la Tetrarquía, y cada una de ellas tenía su gobernante (dos Augustos y dos Césares). De ahí que esté compuesto por cuatro figuras iguales, de manera que ninguna de ellas destaque sobre las otras.

Y bien, ¿tenéis ganas de verla in situ? Pues lo dicho, rodeando la Basílica del lado del Palacio Ducal, dirigiros hacia la Porta della Carta y a disfrutar!