Comprendo, cómo no voy a hacerlo, que entrar en la Plaza de San Marcos puede provocaros un grave síndrome de Stendhal. A mí me ocurre cada vez…

Por ello, es fácil que os pasen desapercibidos unos mástiles de bronce, en color rojo situados delante de la Basílica. Estoy segura de que los habéis visto, pero no les habéis prestado atención. Son 3 mástiles que en vuestras fotos desde la terraza de la Basílica es imposible que no salgan.

¿Y qué significan? ¿Por qué están ubicados aquí? Os lo cuento: su colocación en este lugar se remonta a 1505, cuando el Dux Leonardo Loredan los hizo instalar en sustitución de otros de madera móviles que se colocaban cuando se necesitaban.

De este modo, se tenía un lugar fijo donde izar las banderas de la Serenissima, con el emblema del león de San Marcos, durante las celebraciones públicas.

Si os detenéis junto a ellos, veréis que las bases están decoradas con bajorrelieves en los que se representan sirenas, breves relatos de hechos históricos y la efigie del propio Dux Loredan.

¿Y por qué 3 mástiles? Pues porque representan los 3 reinos conquistados por la República de Venecia: Morea (la península griega del Peloponeso), Chipre y Candia (Creta). Actualmente suelen estar desnudos pero, en las ocasiones importantes, se izan las banderas de Europa, la de Italia y la de la provincia del Véneto. Por ello, cuando las banderas no ondean, es fácil que pasen desapercibidos… con toda esa belleza alrededor, como para fijarse en unos palos ahí plantados, más si la niebla intenta hacerles pasar inadvertidos!

Hace pocos días, buceando a través de mi cuenta de IG que os animo a seguir (@venezia_en_invierno) vi que habían izado las banderas. Me sorprendió porque como os digo, no suelen estar y pregunté a Fran, al que ya os presenté como amigo de VEI y una de las personas que más envidio en el mundo por vivir allí (envidia sana, que soy buena persona). Me comentó que era el día de San Sebastiano, patrón de la policía, y por tanto había actos oficiales en la Piazza. En días como estos es más fácil fijarse, claro, pero si no, acercaros a ellos y disfrutarlos. Historia viva de la Serenissima.