Los antiguos jardines reales de Venecia (en italiano Giardini ex Reali) están junto a la plaza de San Marcos y son un lugar ideal para hacer un descanso tras los agotadores paseos por las calles de la ciudad. 

Tuve la oportunidad de visitarlos en mi primer viaje a Venecia en el año 2000 y poco después se cerraron para su restauración, un proceso que culminó con la reapertura al público en diciembre de 2019. Así que el año pasado, pudimos volver a disfrutar de ellos, recién inaugurados. La Venice Garden Foundation se ha encargado de su rehabilitación y puesta en marcha y se han edificado dos invernaderos en los que, 2000 libros de temática naturalista y paisajística en varios idiomas, pueden consultarse en su biblioteca.

El Pabellón neoclásico, la pérgola de hierro fundido del siglo XIX, la puerta y hasta el histórico puente estaban en un estado de abandono terrible y con la restauración han vuelto al esplendor y la importancia que se merecen.

Sobra decir que su valor histórico es altísimo. Son Patrimonio del Estado y Bien Cultural, lo que exige que su visita se realice con un comportamiento adecuado y respetando las normas del lugar: no se pueden consumir bebidas alcohólicas en el interior ni hacer picnic; está prohibido fumar, sentarse en el suelo o recoger flores o frutos. Y los animales tan solo se permiten si van atados.

Si tenéis tiempo y os apetece, se puede reservar una visita guiada con el encargado de los jardines en la que, además de contaros la historia de éstos, realizareis un instructivo paseo en el que descubrir los detalles botánicos del lugar. Este es el correo electrónico donde contactar para las visitas: info@venicegardensfoundation.org

La entrada es gratuita y la apertura de martes a domingo. El cierre es a las 17.00 horas en invierno y a las 19.30 en verano. Salvo grupos superiores a 10 personas, no es necesaria la reserva previa.

Os recomiendo que paséis por allí, porque os llamará la atención este oasis verde justo al lado de la monumentalidad de la Plaza de San Marcos. De esos tesoros que esconde la ciudad…