Hace tiempo os hablé de la preciosa iglesia de San Giacomo dall´Orio, una de las más antiguas de Venecia, ubicada en el sestiere di Santa Croce.
Me gusta mucho esta iglesia y me da pena que no se conozca más. Queda alejada de los circuitos turísticos y no suele ser un lugar hasta el que llegar a no ser que se esté alojado en las cercanías. Como he vuelto a visitarla recientemente he pensado en ampliaros la descripción de su interior, muy heterogéneo pero con elementos muy interesantes.

Lo que más llama la atención, sin duda, es el impresionante techo de madera del siglo XIV. Tiene forma de barco y fue construido por los trabajadores del Arsenal. La vista se dirige hacia él inevitablemente cuando se entra en la iglesia. Es maravilloso.

Y la columna verde… es increíble su aspecto a pesar de que se dice que procede del Templo de Salomón en Jerusalén. Fue un botín de guerra, de las cruzadas. El capitel es jónico pero hay que fijarse en la basa, concretamente en su existencia. Esta circunstancia no es habitual en las iglesias románicas de Venecia, cuyas columnas se construían sin basa y, por ello, es tan especial. Tanto que hasta el poeta Gabriele D’Annunzio quedó fascinado por ella.

La pintura renacentista veneciana resplandece en esta iglesia. Deteneros ante el retablo mayor, un trabajo excepcional del desconocido artista veneciano Lorenzo Lotto de quien no resulta fácil encontrar obras en Venecia porque rivalizaba con Tiziano y no fue muy estimado en su ciudad natal. El retablo representa a la Virgen y el Niño entre los Apóstoles y los Santos y es, sin duda, una de las obras más importantes de San Giacomo.

En la iglesia, se encuentra también la tumba de Giovanni Battista Pittoni, otro pintor veneciano reconocido entre los más importantes de la historia del arte italiano. Pittoni nació en esta zona y San Giacomo dell´Orio fue su iglesia parroquial. De él sí que hay varias obras en Venecia: en iglesias (como en la cercana San Stae), en las Galerías de la Academia o en el Palacio Ducal.
Paolo Veronese también está representado en San Giacomo. Podréis verlo en el transepto norte y en los techos de la sacristía nueva pero es esencial en la decoración Palma el Joven, especialmente, en la sacristía vieja, donde un ciclo pictórico de este artista cubre las paredes.



¿Y qué me decís de la pila de agua bendita? Es de mármol cipolino y se atribuye, como la columna verde, a los botines de las cruzadas. Mirando con atención, en la parte baja, pueden verse aún las vetas verdosas características de este tipo de mármol.

Si os he convencido y os animáis a llegar hasta ella, no dejéis de entrar. Hasta hace poco, estaba incluida en el Chorus Pass. Pero merece la pena pagar la entrada individual que cuesta 3,00€. Si lo hacéis, quiero saber vuestra opinión, os leo en comentarios.