En esta época del año, en España, son típicos los huesos de santo, unos dulces de mazapán que recuerdan a las tibias con su tuétano.
También en Italia existe el dulce típico de estos días que, en Venecia, lleva el nombre de fave dei morti (habas de los muertos) porque antiguamente se confeccionaban con esta legumbre. Actualmente se elaboran con harina, huevo, azúcar y almendra y como resultado se obtienen unas pequeñas galletitas de color marrón, blanco y rosa.

Lo de las habas, viene ya de antiguo. Para los romanos las habas simbolizaban las almas de los muertos y con la llegada del cristianismo, se convirtió en costumbre colocar cuencos llenos de habas en el alféizar de la ventana y en las esquinas de las calles. Hoy en día, las habas naturales han sido reemplazadas por este delicioso pastelillo, la ‘fava dei morti”.
Pero, ¿de dónde proviene la tradición veneciana de este dulce? Pues, parece que fue idea de los más acaudalados, que rechazaban el sabor insípido de las habas y decidieron darle una vuelta y convertirlo en un dulce que repartían entre los más pobres. Pero también, como muchas cosas en esta ciudad, hay una leyenda que habla de su origen…os la cuento, claro, ya sabéis lo que me gusta a mí una leyenda veneciana…

Cuenta la leyenda que un joven navegante regresó a Venecia tras una larga ausencia con idea de pedir matrimonio a su amada. Pensó en llevarle algo valioso como regalo así que, la noche del 31 de octubre, corrió a verla a su casa y, delante de toda la familia, le pidió que se casara con él, entregándole un ataúd en el que había metido habas recolectadas meses antes. Quién sabe por qué habas. Quién sabe por qué en un ataúd. Cosas de las leyendas. El caso es que la muchacha se llevó, con razón, el disgusto de su vida.
El muchacho, humillado, no era para menos, buscó al mejor pastelero de Venecia, con el ataúd a cuestas (tal cual) y le pidió que hiciera unos ricos dulces a imagen de aquellas feas habas. Y el resto ya lo imagináis. O no. Porque es una leyenda. Y las leyendas no son ciertas. O sí… El caso es que en Venecia se comen estos días estas pequeñas chucherías. Si estáis por allí, probadlas!! Y me contáis si os han gustado o si os gusta más la leyenda.