Como suelo deciros, es importante salir de las zonas más turísticas, no tener miedo a perderse y dejarse llevar. Así es como descubriréis rincones y pequeñas sorpresas que, de otro modo, pasarían desapercibidas a vuestros ojos. 

Y esto es precisamente lo que ocurre con el Monumento alla Partigiana (monumento a la Partisana).

Se trata de una escultura de Augusto Morer, situada en la Riva dei Partigiani, que rinde homenaje a las mujeres que participaron activamente en la lucha contra el nazi-fascismo. 

La obra representa a una mujer muerta, la Partisana, estirada con las manos atadas frente a la cabeza y cuyo cuerpo emerge del agua. La vista de la escultura, que parece tirada en la orilla, el sonido de las olas y cómo la golpean, provoca sensaciones muy inquietantes. El arquitecto Carlo Scarpa fue el encargado de diseñar la base de piedra para esta obra, una especie de cajón flotante que permite jugar con esa visión emergente de la partisana. 

Sin embargo, la que vemos hoy no es la primera versión de la obra: la escultura dedicada a las partisanas venecianas fue realizada por primera vez en 1957 por Leoncillo Leonardi, pero voló por los aires en un ataque neofascista en 1961. 

Afortunadamente fue reconstruida y hace poco ha sido restaurada y vallada para protegerla de actos vandálicos.

Para llegar hasta ella, podéis hacerlo caminando por la Riva degli Schiavonni, desde la Plaza de San Marcos, un precioso paseo en el que la vista de la laguna y del Bacino, se va abriendo ante nuestros ojos. Si preferís tomar un vaporetto, bajaros en la parada Giardini Biennale y al salir del embarcadero, a la derecha, caminad poco menos de 100 metros y os la encontraréis.