Una de las cosas que más me gusta hacer en Venecia es ir de cichetti y de vinos, ya lo sabéis.

A lo largo de los años y nuestros viajes, he ido construyendo un vademécum de mis sitios favoritos en los que detenerse en el paseo por la ciudad y, en todos los sestieri, tengo esas paradas que no quiero perderme cuando estoy allí. Sea por sus cichetti, sea por su amplia carta de vinos, sea simplemente porque se han convertido sin querer en protagonistas de una anécdota que nos gusta recordar, lo cierto es que en mi lista personal hay lugares conocidos y turísticos y otros que no tanto. Y afortunadamente, esta lista crece conforme crece mi contador de viajes a Venecia. Tengo una decena de sitios apuntados para la próxima visita que si todo va bien hemos programado para octubre.

Uno de ellos es Ca d´oro alla Vedova. Este bacaro, lo descubrí en el libro de Laura Zavan Venecia. Las recetas de culto dedicado a la gastronomía veneciana y una enciclopedia de productos y lugares imprescindibles en la ciudad. Desde que lo encontramos, pasó a formar parte de nuestros sitios predilectos para tapear.

Escondido en un callejón que desemboca en la arteria principal de Cannaregio, la Strada Nuova, la tapa estrella son las polpette, que podéis acompañar con una ombra de vino de la casa, que sirven en pequeñas y coquetas copas.

En origen, el nombre de este bacaro era Trattoria Ca d’oro por su cercanía a este Palazzo famosísimo veneciano. Cuando el titular falleció, su viuda se hizo cargo del negocio y los venecianos comenzaron a denomínelo por esta circunstancia de manera que se hizo popular decir “andiamo dove la vedova”, vamos donde la viuda. Y así poco a poco se fue instaurando la nueva denominación del local hasta convertirse en el nombre actual.

Sus visitantes son fundamentalmente venecianos, ya que su situación algo escondida y apartada de la calle principal que conecta Rialto con la estación de Santa Lucía la convierte en una joya poco conocida. Pero todo el mundo es bien recibido allí. Venecia es una ciudad hospitalaria.

La barra es pequeña, para apenas 4 o 5 personas, pero tiene una amplia zona de comedor en la que degustar los platos típicos venecianos que suele estar llena incluso en invierno. No he comido allí, tan solo nos detenemos en la barra para, acodados con el resto de clientes, comprobar cómo salen bandejas repletas de polpette y cómo se rellenan continuamente la jarras de porcelana pintada de vino blanco o tinto. En esa barra, se amontonan bandejas con distintos cichetti de especialidades venecianas donde la elección se convierte en una aventura pero también en una apuesta segura.

Os recomiendo que hagáis una paradita durante vuestro paseo por el sestiere de Cannaregio. Picad algo si no es la hora de comer o cenar y sentiros parte de la vida veneciana. No os defraudará.

Dirección: Ramo Ca’ d’Oro, 3912. Sestiere de Canareggio.